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miércoles, 14 de marzo de 2012

El inoxidable tirador que deja la Liga

Con 44 años, Juan Espil le pondrá fin a su exitosa carrera. Sus récords, los 27 puntos al Dream Team y la noche que desafió a Michael Jordan.
 
Juan Espil disfruta como si fuera el primer día sus últimos partidos como jugador de básquet. Mientras aguarda los playoffs ante Sionista con su Estudiantes de Bahía Blanca, el tercer máximo anotador en la historia de la Liga Nacional sostiene que “jugar a los 44 años es un placer”. 
 

Un placer que muy pocos pudieron darse a lo largo de la Liga. Edgard Merchant, a los 45, fue el jugador que disputó la competencia con mayor cantidad de años, pero también hay casos como los de Hernán Montenegro o Carlos Colla que pasaron la barrera de los 40 para volver. Espil entra en ese selecto grupo y revela que no hay demasiados secretos para llegar al máximo nivel. “Físicamente siempre me cuidé, fui conciente de que mi cuerpo es lo que me iba a dar de comer y también tuve la suerte de no sufrir lesiones graves”, le cuenta el bahiense a 442.
“Para el deporte profesional no hay edad. Si vos tenés calidad y condiciones vas a llegar, en la cancha se ven los pingos. Además, el tiempo a uno lo hace más completo, ser mejor jugador y sacar provecho de muchas situaciones”, destaca el tirador.

El ejemplo de profesionalismo que fue forjando Espil a lo largo de su carrera es tenido muy en cuenta por compañeros y rivales, quienes no pierden la oportunidad de elogiar al escopetero cada vez que comparten algún momento en cancha. “Me piden fotos y camisetas, y hasta algunos me dicen: ‘Juan, es un sueño jugar contra vos; lo tuyo es para sacarse el sombrero’. Eso me hace sentir muy bien”, destaca el histórico escolta, quien agradece el recibimiento del público en cada cancha que visita: “Me tratan de maravillas”.
Bahía Blanca, hogar dulce hogar. Espil debutó a los 20 años en Estudiantes y va a tener el privilegio de retirarse en el club que lo vio nacer. Sin embargo, una vez que deje de ser jugador profesional, seguirá ligado al básquet de su ciudad pero en la parte dirigencial del Albo, algo que surgió de su compañero de equipo Pepe Sánchez, a quien describe como “un jugador que está un segundo adelantado al resto”.

Tras un exitoso paso por GEPU de San Luis, donde fue campeón en la temporada 92/93, Espil jugó en Atenas hasta 1996, año en el que dio el salto de calidad al exterior para arribar al Tau Cerámica. Partió hacia Roma en 2000 y regresó a España para jugar ocho temporadas repartidas entre Joventut de Badalona, Bilbao, Tenerife y Manresa -dos etapas-. A la hora de volver al país en 2008 eligió a Boca y luego a Obras . “Estuve doce años en Europa con mi familia a cuestas. Creo que parte de mi carrera se la debo a mi mujer y a mis hijas”, dice con orgullo.

“Los récords están para batirse”. La frase lo dice todo y Espil tuvó su premio al conseguir en esta temporada superar en cantidad de puntos a Diego Osella y Esteban Pérez para ubicarse como tercer máximo anotador -detrás del Pichi Campana y Julio Rodríguez- en la historia de la Liga Nacional con más de 12 mil tantos. Además, el escolta dejó atrás a Marcelo Milanesio en cantidad de triples convertidos, pero jamás se lo va a escuchar hablando de sus hazañas. “Muchas veces me entero por la prensa o el mismo día del partido. Nunca fui muy devoto de las estadísticas ni me preocuparon tanto”, confiesa.

El día que desafió a MJ.
Se jugaba el Preolímpico en Portland clasificatorio para Barcelona ’92 y la Selección argentina se probaba ante el imbatible Dream Team I de Charles Barkley, Larry Bird, Karl Malone, John Stockton y compañía. En una jugada, Espil robó el balón y se dirigió solo hacia el aro mientras un tal Michael Jordan iba en su camino para impedir el doble. “Cuando lo vi venir dije: ‘Este me va a meter un tapón’, pero tiré la bandeja bien alto y entró limpia. Fue un momento gloriosio y hasta me felicitó Magic Johnson”, recuerda.
En los Juegos de Atlanta ’96, Argentina había tenido un gran arranque venciendo a la poderosa Lituania de Arvydas Sabonis, le tocaba enfrentar al Dream Team y otra vez Espil fue un protagonista de lujo en aquel encuentro. “Fue mi mejor partido porque hice 20 puntos (de los 27) en el primer tiempo y encima le saqué tres faltas a Reggie Miller”, relató el bahiense.

Así como la carrera de este histórico basquetbolista llega a su punto cúlmine, la Generación Dorada también sufrirá el lógico desarme tras Londres 2012. Sin embargo, Espil prefiere seguir disfrutándola hasta los últimos días y recuerda una anécdota de su etapa en el seleccionado nacional. “Cuando eran juveniles y nos jugaban partidos en la Mayor nos costaba ganarles y hasta perdíamos. Se notaba que tenían una clase tremenda y un amor propio que lo siguen llevando”.

Por último, el gran tirador sabe que a mitad de año ya no estará jugando al básquet y que extrañará las rutinas, el vestuario, los viajes y el entrenamiento pero la decisión ya está tomada y no habrá vuelta atrás. “A cada lugar donde voy sé que es mi último partido ahí. Lo mío ya está hecho pero todavía quiero jugar mejor que el partido anterior; mi mentalidad no cambió y va a ser así hasta el día que me retire”.
El día que Espil le convirtió 27 puntos al Dream Team.



 (fuente: http://442.perfil.com)

Juan Espil y la bandeja a Michael Jordan (1992).



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