11.03.2012 | La Liga Nacional de Básquetbol está de fiesta. Mar del Plata celebra el clásico número 100 entre Peñarol y Quilmes en la máxima categoría.
Allá por 1991 se jugaba por primera vez en el básquetbol de elite el partido que se convertiría en el más destacado de este deporte a nivel a nacional. El clásico es patrimonio netamente marplatense, pero logró trascender a todo el país por la pasión con la que se vive, por la marcada rivalidad entre ambos equipos, por su permanencia a lo largo de los años y porque Mar del Plata es una ciudad de básquet.
El martes 13 de marzo de 2012 quedará en la historia del básquetbol argentino con la concreción de un centenar de partidos entre los dos elencos marplatenses en la Liga Nacional, el Súper 8 y la Copa Argentina. Aunque la estadística favorezca notablemente a Peñarol, el clásico mantiene su atractivo año tras año y sigue siendo el partido que todos quieren jugar y que nadie se quiere perder.
El Peñarol-Quilmes o Quilmes-Peñarol no sólo es historia de la Liga Nacional. Los clásicos ya existían con la misma rivalidad en todas las categorías en el ámbito local. Cuando hace 21 años comenzó el camino en la elite, se potenció la efervescencia de "milrayitas y "cerveceros" para alimentar un ritual que se mantiene hasta hoy.
Muchos se preguntan dónde nace semejante choque de opuestos, que perduró estoico a través del tiempo. Todo tiene una explicación. Peñarol había ascendido en 1987 y Quilmes recién llegó a Primera en 1991, pero antes hubo una chance de que el conjunto "cervecero" accediera a la categoría principal para darles vida a los clásicos de la máxima competencia deportiva nacional. Sin embargo, los dirigentes de Peñarol fueron quienes, ante la Asociación de Clubes (AdC), presentaron una moción para que los "primos" no llegaran a acceder a una plaza de Liga por vía no deportiva.
En la investigación publicada por el licenciado en Ciencias de la Comunicación Gastón Julián Gil denominada "Rebotes de identidad. El básquet en la cultura urbana del interior", se detallaba aquella situación basal para la historia de los clásicos: "La explicación debe apuntar a un hecho fundamental ocurrido el 13 de noviembre de 1989 en la ciudad de Buenos Aires. Aquel día, en medio de una reunión de la Asociación de Clubes, los dirigentes de Peñarol presentaron una moción para que la Liga Nacional no volviera a disputarse con 16 equipos, tal cual se había pactado con anterioridad. El hecho, en apariencia sólo burocrático, nos dice mucho más que eso, porque era Quilmes la institución que estaba esperando la decisión de retornar a la modalidad anterior (la de los 16 participantes), que años más tarde se retomaría definitivamente. Quilmes de Mar del Plata había quedado ubicado en la tercera posición en la Liga B (ascendían directamente dos), luego de haber sido derrotado en escandalosos 5 partidos por GEPU de San Luis, pero todavía guardaba esperanzas de obtener un sitio en la máxima categoría. Una determinación de la Asociación de Clubes de jugar nuevamente con 16 plantillas le habría dado el ansiado ascenso a la institución quilmeña. Pero la realidad marcaría un camino bien distinto. Los dirigentes de Peñarol, temerosos de que la presencia de su vecino en la máxima categoría le restara recursos para solventar la campaña, presentaron una nota que pedía que no se retornara a la vieja usanza de los 16 clubes. Casi en pleno, los integrantes de la división superior del básquet argentino decidieron que la edición de 1990 se jugaría con sólo 15 equipos".
Los dirigentes de Peñarol de aquella época se esforzaron por dar a entender que la postura era defender el reglamento y también quisieron dejar en claro que la resolución no buscaba perjudicar a Quilmes de manera deliberada. Por su parte, la dirigencia quilmeña emitió un comunicado en el que, palabras más palabras menos, invitó al periodismo y a la opinión pública a que sacaran sus propias conclusiones acerca de este hecho.
Así, Quilmes, por la moción de Peñarol ante la AdC, se quedó con las ganas de llegar a la máxima categoría. Pero su revancha se concretó dos años después con la obtención del tan ansiado ascenso al ganar el torneo de la Liga B con el equipo que dirigía Oscar "Huevo" Sánchez.
Más allá de cualquier interpretación, ese hecho consumado en los escritorios, cambió la historia de los clásicos. En consecuencia, el primer enfrentamiento de Liga Nacional entre Peñarol y Quilmes se jugó en el ya desaparecido Súper Domo el 22 de septiembre como apertura de la temporada 91/92 con la victoria del equipo "tricolor" por 72-69.
Desde esa noche hasta la actualidad, se fue alimentando la historia del partido más destacado del básquetbol argentino con inolvidables contiendas deportivas, siempre a cancha llena. A pesar de la actual supremacía de Peñarol, el clásico seguirá siendo el espectáculo más convocante del deporte de Mar del Plata como producto local genuino a través de la rivalidad lugareña, pero que se propagó a nivel nacional como ningún otro duelo deportivo regional.
El clásico Nº 100 de la historia de la Liga Nacional se enmarca en la fecha 30 (última de la fase regular de la actual temporada 2011-2012). Los equipos llegan con realidades muy distintas, pero los puntos en juego son valiosos para uno y otro equipo, aunque el choque entre sí representa prácticamente un torneo aparte para los hinchas. Peñarol aspira a clasificar directamente a los cuartos de final con la intención de quedar en el segundo lugar de la tabla para asegurarse la ventaja de localía hasta la instancia de semifinales. También pone en juego su posición en la clasificación al torneo Interligas que enfrenta a los mejores equipos argentinos con los de la Liga de Brasil. Por su parte, Quilmes ya está condenado a jugar los play off de la Permanencia, y su máxima aspiración sería jugar con ventaja de cancha la serie que derivará en un descenso, aunque depende de otros resultados.
Historial
Los primeros años fueron para Quilmes, pero desde la temporada 94/95, Peñarol logró revertir la ventaja y nunca abandonó su condición de máximo ganador en el historial general. A las puertas del clásico 100, Peñarol obtuvo 66 triunfos y Quilmes apenas 33. Se jugaron 80 partidos por Liga Nacional, 17 por la Copa Argentina y 2 por el Súper 8.
¿El último?
No es simpático pensar en esta posibilidad, pero no hay que desecharla. Es una realidad que Quilmes jugará el play off para no descender, y además los dirigentes no descartaron la posibilidad de dejar la elite una vez más para jugar el TNA. Por eso el clásico 100 hay que disfrutarlo y mucho porque puede ser el último, al menos por un tiempo.
(fuente: http://www.noticiasyprotagonistas.com/noticias/30928-100-clasicos-mil-historias/)
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